23.6.08

Un impuesto más allá de la frontera

Licda. Norma Guevara de Ramirios

Sin información alguna, ni cálculos conocidos por la población, y ni siquiera por los diputados que levantaron la mano, se aprobó hace una semana un impuesto que nos alcanza a todos más allá de nuestra frontera. Al gobierno de Arena se le ocurrió otro invento, gravar con cuatro centavos de dólar por minuto, cualquier llamada telefónica proveniente del exterior. Siendo que la mayor parte de llamadas desde otros países son entre familiares separados para buscar mejores oportunidades de ingresos y ayudar a quienes se mantienen en su suelo patrio, este es un impuesto que golpea la poca comunicación familiar existente.

Le pregunté a 4 jovencitas cuyo padre vive y trabaja en Estados Unidos cuántas veces y cuánto tiempo se comunican con su papá. «Cómo somos 4, y mi mamá y a veces mi abuelita, mi papi compra una tarjeta de media hora cada quince días», me respondió una de ellas; eso significa que a partir de ese decreto legislativo, este padre de familia tendrá que pagar adicionalmente, a través de la empresa telefónica que utilice, dos dólares con cuarenta centavos al mes. En oportunidades eso significa menos comunicación, pues tenderá a ser menor para estirar el dinero, que aquí les falta a las hijas y a la esposa, y allá escasea para él, quien también vive el encarecimiento de precios.

Quienes han afirmado que las mujeres ya no estarán solas, quienes han gastado a montones el dinero de los impuestos en propaganda para decir que quien nace pobre no debe morir pobre, son los que ahora golpean la escasa comunicación que queda entre los padres y sus hijos e hijas al imponer impuestos de esa manera que pueden representar el 50% o más de incremento en el costo de la comunicación.

¿Qué dirán nuestros compatriotas en el exterior? ¿Son ciudadanos y ciudadanas cuando hay que apuntalar la capacidad fiscal y la economía de consumo de su país, pero no pueden serlo para elegir al Presidente de la República? Recuerdo una oportunidad en 2003, en la cual participé en una consulta de programa realizada por el FMLN a nuestros hermanos salvadoreños en Washington y personas muy humildes se mostraban ofendidas por la dolarización. De manera práctica entendían que el precio del dinero había subido de repente con la dolarización, sus familiares para comprar lo mismo que antes, requerían una cantidad mayor de dólares. Igual sabrán calcular ahora el impacto que tendrá en sus vidas esta medida aprobada por los partidos Arena PCN y PDC.

Los sistemas de correo y transporte privado, de cosas, dinero y personas, son los segmentos de la economía que emergieron y se fortalecieron con la emigración económica que ocurre en nuestra patria; pero los pasajes aéreos a pesar de ese boom se mantienen caros y monopolizados, y las comisiones bancarias o de traslado directo de productos, cartas, paquetes y dinero tienen condiciones arancelarias diferentes. Las asociaciones de personas que se dedica a llevar y traer paquetes familiares, en diferentes oportunidades, han pedido a la Asamblea Legislativa consideraciones aduanales que les permitan reducir costos, pero jamás han sido escuchadas y atendidos sus pedidos.

El gobierno de Saca y el partido presidido por Rodrigo Ávila son los responsables de este estilo de gobernar, sin deliberación, sin análisis de opciones, con madrugonazos, con aparentes ocurrencias “nuevas”, como la figura de fideicomiso, para burlar la aprobación de endeudamiento estatal con mayoría calificada, o el impuesto a la comunicación familiar como la que imponen ahora.

Hace menos de dos años, el gobierno afirmaba contar con una bonanza fiscal, decían que el país puede seguir endeudándose, que era innecesario aumentar impuestos a los que más ganan, pero para las mayorías, en menos de un año nos mandan dos nuevos tributos: el de 10 centavos por galón de combustible de cualquier tipo, y ahora, el de 4 centavos por minuto de llamada telefónica del exterior. Esto es lo que no ocurrirá con un gobierno del cambio, esto es lo que asegura Mauricio Funes y Salvador Sánchez Cerén, esto es lo que la ciudadanía informada, crítica y conciente debe valorar y diferenciar entre el modo de gobernar de la derecha y lo que un nuevo gobierno diferente puede garantizarnos.

http://www.diariocolatino.com/es/20080623/opiniones/56239/

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