Los ”Señores Poderosos” después de usarlos como instrumentos de trabajo semi-parlantes al llegar a la edad cuando no los pueden seguir esquilmando aún cuando los latigazos sean de cuero crudo, los abandonan a la interperie y en forma paralela han actuado y siguen actuando los gorilas de turno y los legisladores pangolines y falderos de la oligocracia y del imperialismo yanqui.
Paradójicamente el número de hijos de nuestras familias son tradicionalmente abundantes, no solo porque no haya televisión en los hogares paupérrimos, sino por la vaga esperanza de los padres y madres de familia: “Tal vez uno de estos veinte nos va a mantener cuando estemos viejos e inservibles”, Tal vez de estos veinte alguno logrará pasar la frontera; pero la realidad es tan abrupta y decepcionante que muchos de esos hijos de la esperanza fueron asesinados en el “Tren de la Muerte”, murieron quemados en los grandes incendios forestales de California, Texas y Arizona, murieron ahogados en el mar Caribe buscando no pasar por México o fueron asesinados en las ergástulas del imperialismo a donde fueron llevados por crímenes que jamás cometieron, sino el crimen ontológico de ser salvadoreños dejando a los ancianos padres como el personaje central del “Coronel No Tiene Quien Le Escriba” esperando una remesa que jamás llegó.
Mientras los que se han enriquecido con el dolor y el sufrimiento de nuestro pueblo viven en mansiones millonarias cuidadas por perros de caza, en mansiones enrejadas por el temor de su mismas conciencias criminales, mientras las ancianas burguesas gastan miles de dólares en manicures y pedicures, en perfumería, en ropas de la última moda de París, se chequean la salud en los centros médicos mas caros de los Estados Unidos, salen como Pavos Reales con sus chofeurs montadas en sus 4X4 BMW, VOLVOS; SAFARIS O MERCEDES BENZ, nuestros ancianos palidecen en los rincones húmedos de sus cosas de cartón y láminas viejas, sin nadie por ellos, a merced de algún buen Samaritano (tan escasos en estos tiempos de frijol a $1.35 la libra), sin un gobierno capaz de proporcionarle siquiera lo básico para sobrevivir a ese medio inhóspito que se llama El Salvador en el cual hasta la Iglesia Católica ha traicionado a Cristo, ha roto el Concilio de Medellín, convirtiéndose en una congregación lasciva y orgiística donde se adoran a los Becerros de Oro (de la Pacific Rim) abandonando al pueblo a quien Dios les ordena cuidar como a si mismo.
Es hora que el FMLN desde ya proponga y se comprometa como futuro gobierno a proporcionarle a nuestros ancianos aunque sea la ínfima cantidad de cincuenta dólares mensuales no como una solución, sino como un simple paliativo a las necesidades básicas de nuestros ancianos, recordémonos que un día (muchos@ ya estamos cerca) seremos nosotros los que ocuparemos ese lugar.
Cincuenta dólares para cada anciano no están al otro lado del mundo, es desde ya una propuesta, un reto a Mauricio y Salvador quienes tienen la obligación histórica de dar respuestas correctas a las necesidades de nuestro pueblo. Por otro lado, la ancianidad salvadoreña no es mucha, dichosos los que llegan a los sesenta y cinco en un país en el cual si no te asesina el gobierno, los criminales comunes , los fenómenos naturales y las enfermedades gastrointestinales, te mueres de hambre ante la mirada sarcástica y burlona de los explotadores.
Paul Fortis
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