Las estrategias propagandísticas no siempre son éticas.
En el caso de la minería verde no sólo se miente sino que se repite elmismo mensaje, pensando que la simple repetición puede ablandar a laciudadanía salvadoreña y cuando alguna emisora, que confiando en lalibertad de propaganda, le pide a la agencia publicitaria, quecontrata los espacios, que diga quién es su cliente, el resultadosiempre es una negativa.
La agencia intermedia no dice nunca quién paga la publicidad y laPacific Rim o cualquiera de esas empresas, tan verdes ellas, que paganla publicidad, no quieren que su nombre salga patrocinando lo que lapublicidad afirma. Todo un ejemplo de transparencia.
Si un partido político no quisiera firmar su publicidad, la gente seextrañaría enormemente y pensaría que tiene alguna segunda intenciónen lo que hace.
Si alguna persona quiere publicar un campo pagado, se le suele pedirque lo firme, pero esta especie de campos pagados de la Pacific Rim ode sus compinches, tratando de parecer que se trata de informaciónobjetiva y limpia, no llevan la firma de nadie.
En el pasado se decía que los 'norteamericanos' respaldaban en ElSalvador una guerra de baja intensidad. El presupuesto era que losrecursos económicos 'norteamericanos' eran inagotables mientras quelos de la guerrilla no.
Las empresas mineras parecen partir del mismo presupuesto. Iniciaronsu publicidad con verdaderos insultos a todo aquel que se opusiera asus proyectos mineros, pero cuando el rechazo a la minería fue tomandoforma, debido a los peligros que la misma comporta para El Salvador, recurrieron a la modalidad actual, nada de insultos, presentacióninvasiva y sistemática de una minería que parece sacada del país delas maravillas, de Alicia, y esa mentira que insiste en que Bolivia y especialmente todos los países de izquierda de América Latina se van a desarrollar gracias a sus proyectos mineros.
Más que aumentar la oferta en desarrollo, la supuesta minería verdegasta su plata en propaganda mentirosa, con la seguridad de que susrecursos ilimitados ablandarán a la ciudadanía que tiene recursos limitados para responder. De ablandar al Estado ya se encargarán ellosde otras maneras.
La realidad de esta minería verde, supuestamente ecológica, es sinembargo muy otra, ni le va a dejar al Estado salvadoreño una gran proporción de la riqueza existente en las minas, ni los salarios van aser tan excelentes que aseguren un futuro de desarrollo para lostrabajadores.
Las garantías de respetar la ecología tampoco responden a las dudasracionales que se presentan, ¿van a garantizar que no descenderán nise contaminará las fuentes de agua que usan los salvadoreños en laactualidad? ¿Qué precio y qué indemnizaciones están dispuestos a pagarante los accidentes?
Las empresas mineras saben de sobra que un 60% de los salvadoreños vivimos en torno a la cuenca del río Lempa, un río ya contaminado enmuchos aspectos, según el magnífico libro dedicado al Lempa y editado por Fundemas y otras instituciones.
Si las empresas mineras que trabajarían en una alta proporción entorno a esta gran cuenca salvadoreña aumentan la contaminación, nos encontraríamos frente a un verdadero desastre ecológico, pero las mineras no aclaran demasiado lo que harán o no harán, sólo piden quese confíe en ellas, que se confíe en ellas sin dar sus nombres ni firmar su propaganda, que se confíe en ellas a pesar de que pretenden llevarse más del 90% del beneficio que puede dar un recurso nacional no renovable, que se confíe ciegamente en ellas aún sabiendo que sigue habiendo accidentes en las minas, que sigue habiendo enfermedades propias de los mineros y que sigue habiendo accidentes y contaminación en torno a ese tipo de trabajo.
Hoy por hoy las mineras son peores que los políticos, ofrecen mucho y dan poco, prometen más de lo que pueden garantizar y se callan su nombre cuando hacen propaganda.
Hasta ahora ningún país se ha hecho rico gracias a las mineras.
Bolivia, que se suele mencionar en esa propaganda verde, es un país mucho más pobre que El Salvador y lleva desde la Colonia siendo un país minero severamente explotado.
Ahora, según la Pacific Rim y sus compinches, con minería verde gozade felicidad, pero Bolivia está en el puesto 115 en el Índice deDesarrollo Humano de las Naciones Unidas y El Salvador, mal que bien y sin minería, está en el puesto número 101.
En realidad, los únicos países que han aumentado su desarrollo graciasa la minería son los que han mantenido la propiedad de las minas en manos del Estado o de empresas nacionales, los demás han fracasado y han sido explotados por transnacionales mineras.
Pero, claro, eso no nos lo cuenta la propaganda sin firma de la minería mentirosamente verde.
Radio YSUCA
26/11/07
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29.11.07
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